Historia.

Mi vida pasada esta en coma
soy un sueño inflexible
eterno, realetereo
que buen sueño tienen
mis valientes pasadas vidas cobardes...
al no querer despertar
y al hacerme triunfador
de todas sus derrotas
y fundir dia a dia el tiempo
mientras el 1800 sigue durmiendo
apresado entre las tapas
de un viejo libro de historia
asúmelo, estas descolocado
costa rica,
cada dia tus aguas son mas pobres
Toma tu caballo, Napoleon
que es necesario conquistar
todos los sueños de un niño
Grita mas fuerte, Hitler
que tu locura cada dia es mas silencio
y mientras la noche abriga
con frio, la luz de Roma y Atenas
todavia alucina la mente mia
al pasar de hoja del libro
y volverme loco,
con Bizancio con el Islam
mis medias lunas se posan
junto con Allah en las estrellas
y España, mi madre bella
sangre, cruz y muerte
a los indios de mi tierra
llevame en tu caballo Manuel
deja pelear por ti Carrera
y gritemos libertad mas alla del mundo...
pero crucemos la cordillera
Historia de Chile
empolvada de sangre
de silencio y felonía
Historia de America
cada dia...mas espanto
mas sangre...mas agonía
...es mejor leer en silencio
antes de que se termine el dia
es necesario estudiar
para despertar en una nueva vida...
en un nuevo mundo
sin pena ni agonía
en un nuevo mundo
donde se crea en la justicia
Vive la prosa...la mala prosa
muere la vida al ser pasada
que el futuro aprenda
que en cada momento
el pasado mas y mas se acerca
en palabras simples lo se...
gritemos al viento
¿O seguimos creyendo en Dios?
¿O evolucionamos desde adentro?
no mas mentiras, no mas caos
no mas sangre en nuestras calles
vida anterior sigue soñando
es bueno que yo...siga estudiando
¿patética realidad? No,
es la vida, y se está
acabando.

La Luna


Siempre he escuchado que dentro de la mentalidad humana se crean infinidades de seres fantásticos que se van dando a manifestar de una forma ascendente a medida de que nuestros miedos van creciendo; la mentalidad humana puede ser un arma de doble filo, nos puede inspirar a crear las más majestuosas inspiraciones del arte gracias al poder de la imaginación, y nos puede matar o llevar a la locura por medio de la psicosis, la pena, las depresiones y los estados de tortura que nos puede someter un miedo, el cual nos puede llevar incluso a caer en enfermedades siquiátricas de características preocupantes como la esquizofrenia, o incluso a psicosis colectivas, y todo esto lo podemos tener gracias a la gran imaginación humana y el miedo a lo desconocido. Aun así creo, que si no tuviéramos temor a lo desconocido no nos llamaría la atención nada, y por ende no nos atreveríamos a cruzar la cortina del miedo, y si no cruzamos la cortina del miedo no nos es posible el descubrir cosas nuevas que nos abren las puertas a nuevos mundos; pero heme aquí, otra vez sintiendo miedo de lo desconocido, y sin embargo a pesar de haberme atrevido a cruzar aquella cortina que separa la ficción humana de mi realidad, me temo que sigo sintiendo temor, a pesar de haber pasado ya por dicho umbral. Me he dado cuenta de tantas cosas nuevas, de tantos factores que me mantienen en asombro, que aun así sigo con los mismos miedos que tenia antes, incluso, me recuerdan a los miedos que sentía cuando era un niño, y lo pero de todo es que ahora que me di cuenta de mi condición creo que me tengo miedo a mi, y daría lo que fuera por poder volver atrás.

Ahora, desde esta oscura cabaña en la que estoy escondido he prendido una vela y le he puesto tinta a mi pluma para narrar tal vez la ultima reseña que tenga sobre mi persona la humanidad; no niego que tengo miedo, que tengo mucho miedo, pero aun así me gusta esta incertidumbre, y ahora que estoy seguro de lo que soy, deseo contar mi problema a quien encuentre mi cadáver; dicen que la escritura es el único medio por el cual la esencia mental de una persona puede seguir viviendo a través de los siglos, es como una especie de portal hacia la inmortalidad, ya que a pesar de que creo que mi muerte física es algo seguro, si escribo mi historia es muy probable de que mis pensamientos sigan vigentes a través de los siglos, y por esto tomo mi pluma y os contare mi historia a ti lector...

Corría el año 1927, yo habitaba una vieja casa a las afueras de la ciudad de Valdivia, vivía junto a mi madre y mi abuela, una vieja alemana que poseía un gracioso tomate en la cabeza, y que por cuyas arrugas sus ojos apenas se podían divisar, sin embargo siempre estaba sonriente. Por otro lado a mi madre nunca la veía, la verdad es que hasta antes de morir, a los pocos años después, jamás pude tener una conversación abundante con ella. Por mi parte, yo era una persona solitaria, y por extrañas razones desde pequeño jamás tuve amigos; cuando trataba de entablar conversaciones con alguien, no pasaban ni un par de minutos y me llenaba de impulsos convulsivos y de altas fiebres, lo que me hacia desesperarme y golpear a la persona con la que estaba hablando, si, la golpeaba sin parar, no medía mis impulsos no sabia porque lo hacia, incluso una vez estuve a punto de matar un hombre gigantesco a golpes, teniendo yo la edad de 8 años, sentía impulsos asesinos, y cuando fluía la sangre y brotaba por sus pieles, me deleitaba como si fuera un espectáculo de bufones y saltimbanquis en una plaza principal. Si, lo reconozco, la sangre desde pequeño me causaba un extraño placer, al igual que la violencia física, gozaba con las peleas de gallos cuando fui teniendo mas edad. Y por extrañas razones mi abuela, que era con quien me crié, me escondía siempre en las noches de luna llena porque decía que me podía dar una extraña enfermedad a las meninges.
Hoy ya tengo 32 años, y me informaron de la extraña muerte de mi madre; según me dijeron fue encontrada muerta en un viejo camino de tierra, sin sangre, magullada por garras que parecían de algún animal salvaje, y lo mas extraño, es que estaba tan seca como una pasa, como si le hubieran sacado todos los líquidos del cuerpo. Recuerdo la expresión de mi abuela cuando supo la noticia, lloraba a mares, nunca la había visto así, la verdad es que yo no sentía pena por esa mujer que nunca estuvo conmigo, es mas, le tenia una especie de odio, y si hubiera sido por mi yo mismo la hubiera hecho morir de la peor de las maneras, y me hubiera bañado con su sangre y con sus entrañas hacer un carnaval. Sin embargo, tenia miedo, miedo a lo desconocido, miedo al ente sobrenatural que le había causado eso a mi madre, no había ser conocido que poseyera tamañas garras, ni que fuera capaz de succionar todos los líquidos vitales de las personas, tenia miedo a que el día de mañana esto me pudiera suceder a mi, tenia miedo a la clase de seres que andaban sueltos en la ciudad, sentía temor a que mi destino errante se destrozara en mil partes por algo tan superficial y a la vez divino como puede ser un misterio, sentía temor, creo que por primera vez en mi vida sentí temor, creo que me acabo de dar cuenta lo que significa morir, no quiero pensar que soy cobarde, pero creo que la muerte de mi madre ha hecho que me transforme en la persona que soy ahora.

Paso el tiempo del incidente, y yo volvía a mi casa después de haber salido a buscar la correspondencia, el cartero me parecía un tipo muy extraño, sin embargo desde la muerte de mi madre me empezó a inspirar mucha confianza, por ello no me daban ganas de golpearlo, era un hombre muy misterioso, muy poco carismático, y de pocos amigos, nos parecemos mucho, a mí el tipo me agrada, tiene algo en su mirada que me hace reflexionar. Proseguí a entrar a la casa, y fui a dejarle la correspondencia a mi abuela; subí las escaleras, que crujían por cada paso que daba, por cada escalón que pisaba emitía chirridos y sonidos como si se estuviera quebrando a pedazos por cada paso que daba, como el destino que mientras subes por sus escalones van quebrándose sin que uno pueda volver atrás; sentía preocupación ya que no había escuchado a mi abuela en todo el día, no paraba de pensar en ella y preguntarme porque no la escuchaba por ninguna parte. Fue ahí donde grite hacia arriba estando en la mitad de la vieja escalera si ella estaba ahí; pero nadie me contestaba. Con mucha cautela seguí subiendo escalón tras escalón, conservando el miedo y la incertidumbre que es típica de cada momento en el cual uno tiene la impresión de encontrarse con una sorpresa. Y vaya que es cruel el destino, ¡Siempre tiene nuevas sorpresas para mí!...

Recostada sobre la cama estaba mi abuela, tapada con las sabanas de color marrón de pies a cabeza, pregunte si estaba durmiendo. Ella no me contestó. Sentí temor, me acerque con cautela para que no despertara, súbitamente sentí como mi piel se ponía de gallina, mi cabeza se estremecía y se llenaba de las más burdas ideas de destrucción y de ira, trataba de controlar mis impulsos, pero aun así no podía, no podía... no me podía resistir ante tal tentación, era la única mujer con la cual estuve teniendo alguna relación durante mis 32 años de vida, la única mujer que me importo, y estaba ahí, tirada sobre la cama, cubierta en sabanas. Y fue así como miles de pensamientos morbosos se fueron a mi cabeza, y sin respetar nada, ni siquiera mi parentesco hacia ella, ni el pudor, ni sus 87 años de edad... nada, no respete nada. Y me abalance sobre ella, la destape, y fue ahí donde me lleve una gran sorpresa...

Su débil y delgado cuerpo desnudo, arrugado por los años, estaba tendido inerte sobre la cama, estaba seco y sin vida, creo que ya estaba con el rigor mortis, y fue ahí donde me detuve a pensar. El amor de mi vida, mi abuela, la mujer de mis sueños, estaba muerta. Justo en el momento en el que quería acceder a tener sexo con ella. Sin embargo, su cara de ángel, su cuerpo extremadamente maduro por el paso de los años, su aspecto de dama de sociedad, sus delicadas manos marchitadas por la edad, y muchos detalles no me dejaban de excitar a pesar de que estuviera muerta, descubrí que esto me atraía mas, ya que su tranquilidad me hacia feliz. Y proseguí a cometer la acción más impura de mi vida.

Toda la noche estuve con ella teniendo una fuerte relación de amor, donde solo yo podía compartir mi felicidad y mi comprensión conmigo mismo, me di cuenta que no sentía amor por ella como ente viviente, sino que un amor por su cuerpo marchitado por los años, y mientras pensaba las miles de locuras que pasaban por mi mente, la luna llena era fiel testigo de mi acto de locura, espiándome tras la ventana, siendo muda testigo de los aberrantes actos de amor que cometí esa noche sobre el inerte cuerpo de mi abuela. Y fue ahí donde recordé que ella me escondía siempre de la luna llena. La bese profundamente mientras pensaba esto, y fue ahí donde me acerque a la ventana, a contemplar la luna llena sobre el Calle-Calle, y la hermosura del rió que cruzaba la ciudad como una serpiente plateada que pretendía ser un solo ente con esa gran luna.

Pronto mi cuerpo se estremeció, sentí que alguien me tocaba mi espalda con sus manos frías de terciopelo, se parecían mucho a las de mi abuela, pero eran manos jóvenes, lisas, pulidas, pulcras, puras, intensamente suaves. Me estremecía el hecho de tocar su cara, tan lisa, tan detallada, tan perfecta. Creo que era una joven muy hermosa. Proseguí a abrir los ojos, y para mi sorpresa era un verdadero ángel, poseía una voz hermosa que me hacia delirar, aun no me atrevía a preguntarle quien era. Y fue ahí cuando ella me respondió. Era mi abuela, y el amor que ella sentía hacia mí la había hecho volver a la vida como una mujer joven y bella; a pesar de ese amor, ella volvió solo para indicarme que tenia que huir, que la policía estaba pronta a llegar e iba a descubrir el garrafal acto que yo había cometido sobre ella, o mejor dicho sobre su cuerpo. Y me explico que había visto la luna, y que lo peor aun faltaba por llegar. Entonces me decidí a huir.

Tome un caballo y me eche a cabalgar por los caminos de tierra, los árboles frondosos atrapaban mi sombra haciéndola desaparecer, y muy pronto perdí todo contacto con la luz; sentí que se acercaba otro caballo detrás de mí. Pronto pensé que era la policía, entonces me dispuse a disparar a quemarropa contra aquel jinete desconocido. Y para mi gran sorpresa, un halo de luz cayo sobre el cadáver; era el cartero, quien se disponía a entregarme una carta que se le había olvidado. Sentí horror al ver lo que había hecho, sentía horror de mí, sentía horror de mi existencia, sentía horror de la raza humana por existir, sentía horror por las almas del cielo y por los condenados al infierno. Y sentía horror, el mismo horror, que divise en la cara del cartero cuando me vio, al entregarme la carta, antes de morir. Fue como si hubiera visto a un monstruo. Me extraño su cara, y me lleno de terror, sin embargo, el halo de luz desapareció y proseguí a emprender mi camino para no regresar.

Me detuve en la costanera del rió Calle-Calle a leer la carta. Era de mi abuela. Me lleno de terror el pensar que mi abuela escribió una carta para mí antes de morir, antes de que violara su cadáver, antes de que le hiciera el amor a su cuerpo abajo de las sabanas color marrón. Pero lo que más me sorprendió, es que en aquella carta, decía todo lo que yo iba a hacerle a ella, y que ella también me confesaba su amor. Y es ahí, cuando iba a leer el gran secreto de la luna llena, cuando me empecé a volver loco, empecé a aullar como un perro, no era un perro, un lobo... para sorpresa de mi corazón, descubrí en ese momento que yo había matado a mi madre, yo era aquella criatura a la cual tanto temía, y que en mi subconsciente había matado a mi madre movido por el odio, y violado a mi abuela movido por el amor, aquel monstruo era yo, nadie mas que yo, solamente yo, no alcance a razonar mas cuando mi cuerpo era ya totalmente peludo, y no podía controlar mis actos.

Pronto entre a las casas de la ciudad, las devaste, le succione la sangre a los niños pequeños y jugaba con sus cuerpos a cometer actos sexuales mientras observaba las caras de los padres quienes lloraban de dolor, lo que a mí me causaba mucho placer, gozaba con ese sufrimiento, pronto les daba muerte para que no sufrieran más. Creo que gozaba con el dolor ajeno, pronto fui testigo de la devastación a mí alrededor, los muertos, las casas destruidas, el pavor de las personas esa noche, quienes corrían de un lugar a otro sin parar, me trataba de detener, y yo usando mis garras desgarraba las desgraciadas cabezas de quienes se me acercaban a detenerme. Vaya lo que es la vida, al fin y al cabo el asesino de mi madre fui yo, todo este tiempo fui yo, y ahora me doy cuenta cuando tengo a toda esta ciudad de muerte. Compadezco a estas personas por un lado, pero por otro me causa placer lo que les hago, he aquí mi soledad, mi sufrimiento, mi vida; con mi vida sin emociones otorgo muertes emocionadas y con sentimientos a todas estas personas, ¿Es que acaso no pueden ser más felices que hoy?, Irán a un mundo mejor, de eso estoy seguro; Y quien sufrirá, quien siempre estará solo, seré yo, ¡yo!, Maldito el mundo y mi madre que me hicieron tan desgraciado, ¡maldito seas mundo!, ¡Maldita seas madre!, ¡Heme aquí; esta es la felicidad que con tu soledad me negaste!

No sé si estoy cuerdo, sin embargo me entretiene hacer esto, gozo con el matar, con el sufrir, con el vivir para matar, me gusta ser un monstruo; creo que nadie me va a poder detener ¡Nadie! Soy el rey del mundo. ¡Sí! Lo soy, ya estoy convencido sobre este hecho, soy tan perfecto que no soy un humano, ¿pueden creerlo?. Mientras sigo matando a mis pares humanos reflexiono miles de cosas; pero nunca espere lo peor...

Se acerco una vieja carroza, de la cual bajaron cerca de 20 policías, quienes fueron a detenerme; pronto me escabullí por la costanera y me eche a arrancar. Y ahí iba la vieja carroza, detrás de mí, los disparos me pasaban rozando, pero yo siempre me pude salvar de todos ellos, sabia como escabullirme entre las viejas copas de los árboles, me desarrollaba con gran agilidad. Pero nunca espere que me llegaran a disparar. Pronto sentí como una bala se incrusto con gran facilidad en mi pierna izquierda. Sentí su ardor, intenso, hirviente. Mis huesos se estremecieron, mi sangre fluía sin parar, salió disparada como un chorro de agua, como una cascada o como una llave de agua. Sentí como la bala se albergo en mis huesos, su fuerza, su intensidad dentro de mi pierna; y así caí desplomado sobre el río, por donde me fui flotando. Perdí el conocimiento, olvide quien era, se me nubló mi conciencia y pronto vi como se nublaba todo junto a ella. Y así fue, como al amanecer llegue a una isla solitaria; ya hecho hombre normal otra vez. En la ribera amanecí, tirado, en un charco de sangre. De inmediato me pare, limpie mi cuerpo y busque refugio, me di cuenta que no había nada, y que a mí alrededor tampoco había nada mas que árboles frondosos, y él rió. Aunque su agua era tan salada como el mar, he perdido completamente la orientación y la noción del espacio.

Me eche a caminar por la isla, y entre la frondosidad del bosque distinguí una vieja cabaña, y fue allí donde busque refugio. Llame a la puerta, nadie me contesto. Me di cuenta que nadie vivía en esta isla hace mucho tiempo. Así que proseguí a entrar. Derribe la vieja puerta con un tronco, y sujetándome del marco de la puerta proseguí a subir unas viejas escaleras. Me dolía mucho mi pierna no paraba de sangrar, por lo que corte un pedazo de tela de una vieja cortina y me la amarre en la herida, para así estancar la sangre. Pero me sentía muy cansado para poder seguir, así que me aproxime a subir las escaleras, y cuando llegue al final de los viejos escalones, que se quebraban a medida que su rechinar sé hacia más intenso con mis discapacitados pasos, me aproxime a una gran sala, provista de un viejo escritorio, una vela, papel, lápiz, y un caldero encendido, cosa que me pareció extraña, era como si me estuvieran esperando.

Sentía que mi muerte se aproximaba muy pronto, y creo que estaba en el lugar perfecto para morir. Ya no puedo mover mi pierna, y aquí me encuentro, escribiendo mi aventura, para dejar la evidencia al mundo de que los hombres-lobo realmente existimos, y no somos una invención ni una leyenda urbana. Yo soy un hombre lobo, yo fui un hombre lobo, yo asesine personas por placer, lo sé, lo sé tan bien como el gozo de violar a mi abuela muerta y el asesinar a mi madre. Sé el placer que me causa la muerte, como también sé el placer que me causa la incertidumbre de saber lo que vendrá después de mi hora final. ¿Encontrare tales placeres de sangre y de lujuria en el otro mundo?. No lo sé, ahora que lo pienso, bajo mi nueva condición sobrehumana, soy un hombre más feliz, no necesito amigos, porque puedo auto alimentarme de felicidad, no hay nadie que me entienda mas que yo, en mi esta el hecho de que el destino fatídico de los seres humanos sea mas que ser polvo en el viento, puedo hacer que sus muertes no sean para simplemente dejar de existir, sino que, puedo hacer... puedo hacer que con sus muertes me den mas vida, mas vida de la que necesito, mas vida de la que soy, me llenan de vida, me emocionan, me hacen sentir aceptado, si ¡Aceptado al fin!.

Ya esta cayendo la noche, creo que no aguanto mas, mi pierna ya no se mueve, y estoy cayendo en un profundo estado de sueño; creo que es hora de despedirme, me hubiera gustado poder seguir con esta hermosa locura, quisiera seguir siendo feliz y aportando a mi vida con la gracia y la obra de matar, el primer arte, el ‘’cainismo’’, amo la muerte, amo la sangre tanto como amo existir. Que importa estar solo, si con lo que tengo puedo ser feliz. Llego la hora de dormir.

Y pronto mi abuela se aproximó a mí. Me tomo la cabeza, cuando estaba tirado sobre ella, y me di cuenta de que era una mujer hermosa, de que a pesar de que su cuerpo estaba rugoso y demacrado, me encantaba tocarla. Y sentí que a ella también le encantaba tocarme. No mires la luna hijo mío, me decía, no mires la luna que tu cerebro explotara. Y la quise mirar. Y me di cuenta de que mi abuela se acercaba a mi cuerpo sobre el papel y el viejo escritorio. Lamía mi pierna cubierta de sangre, mientras yo la espiaba abriendo un ojo. No alcance a responder cuando ella se abalanzó sobre mí convirtiéndose en un lobo. Mientras me repetía con furia, ¡Te dije que no miraras la luna amor mío!, Ha llegado la hora mientras tu cerebro explote yo viviré por mil años. Pronto no alcance ni a pensar cuando sentí sus grandes garras cercenándome el cráneo, el que lo vi saltar y fundirse en el caldero, y observaba como mi cabeza se fundía en aquel nido de fuego; fue cuando comprendí que mi vida se acababa sin explicación aparente... Y sentí placer.

Los convulsionados siglos siguen pesando...


Hoy quiero escribir sobre algo que me sorprende hasta horrorizarme. Y es que realmente no entiendo que curso está tomando el mundo, hacia donde van aquellos que luchan por sus ideales, por la dignidad y los derechos de las personas, es que sinceramente, para que estamos con cosas, la gente de hoy no sabe de donde agarrarse. Hay muchas cosas por las cuales protestar, reclamar, sacar la voz, pero hoy muy pocos tienen fundamentos y saben por que realmente hay que llevar a cabo movilizaciones y protestas. Esto lo digo centrándome en los mapuches y en grupos de izquierda de carácter antipatriota y antinacionalistas, cosa que es un pensamiento positivo si consideramos que ya no son los tiempos para concebir la idea de una patria y una nación, sino que debemos pensar en que todos somos seres humanos. Pero yo me pregunto, ¿Por qué si tanto atacan a los patriotas y nacionalistas de su país, defienden férreamente la causa nacionalista mapuche?

Bien sabemos que los mapuches han organizado muchas revueltas en los campos en busca de recuperar sus tierras, que, supuestamente, le pertenecían a ellos por siglos (pero igual dicen que vienen del norte de Argentina, en fin) Lo importante de todo esto es que los mapuches se han levantado a sacar la voz, a protestar contra el abuso de las empresas hidroeléctricas y los latifundistas abusadores que les quitaron las tierras a los pobrecitos mapuches que las entregaron sin dudar hace como 50 años por una caja de vino y un caballo que habla. Hoy vemos a los jóvenes mapuches queriendo reivindicar lo perdido, buscando hacer presión quemando campos y expropiando a las familias que habitan esos territorios para así volver a forjar el paraíso mapuche en la tierra que fue perdido a manos de la irresponsabilidad de sus ancestros. El punto es que nos venden la imagen de pueblo desamparado y humillado por el huinca. Pero resulta, que la legislación chilena protege mas a los pueblos originarios que a los mismos chilenos, concediéndoles privilegios de estudios, alimentación, trabajo, vivienda, pensiones, etc. Es decir, igual viven regalados, pero ellos no se quieren adaptar. Me puede decir usted “es que no tienen por que, nosotros somos invasores” yo le digo si usted lee cualquier historia de Chile verá que el mestizo (el 95% de la población chilena) fue basureado y discriminado tanto por mapuches como por españoles. Así es la realidad, la izquierda chilena esta defendiendo a un pueblo que se dice de raza pura, como los nazis alemanes o los judíos sionistas. Esta defendiendo a los fascistas que expropiaron sin ningún amparo legal ni documento que lo amerite a 80 familias del Alto Bio Bio. Es así esta cosa. Los chilenos nos sentimos orgullosos de aquellos que nos llaman ladrones, aquellos que no nos dejaron ni nos dejan convivir en paz para que seamos un solo pueblo, ellos, que son un retroceso para todos los avances de hermandad que se están gestando en diversos territorios habitados por el ser humano, que esta en una constante y perpetua lucha por dejar atrás sus diferencias culturales y darse cuenta que son humanos. Y la izquierda canta en sus himnos que el género humano es la internacional, y eso es bastante hermoso. Si luchan por la igualdad señores, no fomenten la diferencia entre el mapuche y el chileno, no sigan separando a los humanos.

Otra cosa, anecdótica, acá en Concepción los mapuches se tomaron la catedral católica, siendo que la iglesia católica es la institución que mas los había y los ha apoyado (dentro de las que manejan el sistema), de verdad no los entiendo. ¿Qué es lo que realmente quieren?, ¿Son realmente de confiar?

Por otro lado los anarquistas de hoy (critico a los anarquistas, no al anarquismo) que cantan y gritan por las calles contra el sistema, el estado, el patriotismo, el nazismo, el judaísmo, y el capital, cosas que son una respuesta desesperada de la raza humana que pide a gritos que toda la miseria de este mundo cambie, que escalemos hacia un nuevo estado de conciencia mejor, a un mundo nuevo lleno de oportunidades y esperanzas para todos y otras cosas lindas con las que se llenan la boca. Hoy vemos a ellos mismos apoyando ciegamente a los nacionalistas separatistas mapuches (no lo digo defendiendo a Chile, sino digo la verdad, son nacionalistas y separatistas, como la ETA y nazistas al ser “raza pura”) ahí yo me pregunto, ¿Están pensando lo que están haciendo?, ¿Creerán que es lo correcto?, ¿Será moda todo esto?, ¿Faltará inteligencia en el hombre de hoy? Cuando dicen un patriota un idiota, ¿Pensarán lo mismo si el idiota es mapuche?

Conclusión: No hay que ser rebelde por ser rebelde. Pienso, luego existo. Descartes.

Hoy brindo, 1 de febrero, por la incoherencia de la raza humana. Salud.